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DOCENTES FACILITADORES

miércoles, 12 de marzo de 2008

EL DOCENTE FACILITADOR DE NUEVAS TECNOLOGIAS




DEBE SER DOCENTE FACILITADOR DE NUEVAS TECNOLOGÍASEN EL SISTEMA EDUCATIVO, SEÑALAN ESPECIALISTAS EN LA UAM
Con el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación en la educación, el papel del docente ha transitado de un rol protagónico y hegemónico, a otro de facilitador del conocimiento, coincidieron especialistas participantes en el V Congreso Internacional y VIII nacional de material didáctico innovador, realizado en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). La doctora Nelly Frechero Molina, investigadora de la UAM, sostuvo que instrumentos tecnológicos como el Internet o materiales didácticos innovadores como el libro electrónico o el uso de software interactivo plantean un entorno diferente para el docente, pues ahora su tarea es la de formar grupos de aprendizaje.En el marco del encuentro organizado por diversas instituciones educativas, dijo que la labor de los profesores no se limita sólo a preparar una clase, sino que además tiene que planificar cómo emplear los nuevos recursos tecnológicos para orientar al alumno en la apropiación del conocimiento.Carmen Gómez Mont, del Instituto Mexicano de la Administración del Conocimiento (IMAC), indicó que en la actualidad hay más de 5 mil millones de páginas de Internet que han generado una especie de "esquizofrenia informativa". Entonces, reconoció, ahora más que nunca es necesario el papel del profesor, pero de aquel que domine todo el campo de la información. Señaló que en la actualidad el maestro ya no está en el centro del escenario del salón de clases, sino que está inmerso en un grupo de aprendizaje, en el cual se convierte en un facilitador de conocimientos."En los nuevos entornos de enseñanza-aprendizaje, la interrelación entre profesores y alumnos se vuelve más compleja porque ahora hay una gran cantidad de material didáctico e información que circula y que se actualiza de manera vertiginosa, lo cual obliga a que el docente cambie sus sistemas de enseñanza y, por consiguiente, le exige actualizarse", puntualizó.Apuntó que en México estamos en un momento de adopción de tecnologías dentro de esquemas que están pensados más en un modelo educativo tradicional, lo que provoca que el docente ocupe un nuevo sitio, pero que aún no está bien definido en nuestra cultura educativa. Sobre el problema de que con el uso de las nuevas tecnologías se desplazará al docente, Carmen Gómez Mont, explicó que la tecnología es un instrumento para transmitir información, pero no genera por ella misma ni procesos de análisis ni de reflexión.Nelly Frechero expresó que las nuevas tecnologías son tan sólo una herramienta importante pero que nunca sustituirán al docente. Sin embargo, destacó que con tanta innovación tecnológica disponible para mejorar la enseñanza es imprescindible que no se pueden dejar atrás, por lo que el maestro debe actualizarse en el conocimiento de estos nuevos instrumentos y utilizarlos para ser mejor docente.La investigadora de la UAM enfatizó que ya no estamos en el momento tradicional de llenar un pizarrón con fórmulas, sino que estamos en la era de emplear más y de mejor manera el Internet, el chat, el correo electrónico o programas interactivos que mejoren el proceso de enseñanza- aprendizaje.Carmen Gómez Mont recalcó que forjar la capacidad crítica para discernir el tipo de información más importante que circula en la red sólo lo puede hacer un docente, por lo que su responsabilidad frente al estudiantado es impulsar el uso de la tecnología, pero con un sentido crítico y dentro de un contexto nacional y latinoamericano. "La tarea del docente es la generación de contenidos, el análisis crítico, el marco de reflexión y la aplicabilidad de toda esa información a nuestra realidad", añadió.En este sentido, manifestó que el papel de las universidades y los centros de investigación en el futuro próximo será alimentar las redes con información generada en el país. El gran reto, concluyó, es la generación de contenidos con valor científico y pedagógico en la red.El V Congreso Internacional y VIII nacional de material didáctico innovador, organizado por la UAM y que se lleva a cabo en la Rectoría General de esta Casa de estudios, continuará mañana con la presentación de conferencias magistrales, mesas redondas y talleres.

lunes, 3 de marzo de 2008

video educativo

YouTube - Broadcast Yourself.

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EL DOCENTE COMO FACILITADOR Y MEDIADOR



El papel del educador en la Educación Preescolar o Inicial consiste en lograr que el niño y la niña aprendan y logren su desarrollo integral. Por ello, facilita la realización de actividades y media experiencias significativas, vinculadas con las necesidades, intereses y potencialidades de los mismos.
Un concepto fundamental que debe manejar el maestro en su rol de mediador y facilitador es el de la zona de desarrollo próximo. Se refiere a: "la distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la capacidad de resolver problemas de forma independiente y el nivel de desarrollo potencial determinado por la resolución de problemas con la colaboración de un compañero más capaz o con la guía de un adulto" (Vigotski, 1.967). Se relaciona con el papel de mediación que realiza el maestro para llevar al niño y la niña a su nivel de desarrollo potencial, cuando no es capaz de llegar por sí mismo.
La característica más importante de un maestro que trabaja con un currículo cognitivo es su rol de facilitador y mediador. Esto quiere decir que el maestro:
Sirve como una especie de catalizador produciendo una relación cognitiva importante entre los niños y sus experiencias.
Ayuda a los niños a entender el significado generalizado de sus experiencias, de nuevos aprendizajes y relaciones.
La finalidad de la mediación con el niño es:
Extraer de cada experiencia que los niños tengan el aprendizaje máximo de principios generalizadores.
Aplicar estrategias sobre cómo percibir el mundo.
Profundizar en el pensamiento sistemático, claro y efectivo de aprender y resolver problemas.
El maestro como facilitador cumple con las siguientes funciones de manera efectiva para el aprendizaje:
El profesor, preferentemente, estructura el material, el medio o la situación de enseñanza, de modo que la interacción entre el estudiante y este ambiente organizado defina el camino a seguir o el objetivo a alcanzar.
Organiza un ambiente rico en estímulos donde se "dan" las estructuras que quiere enseñar.
Propone metas claras, apoya al estudiante en su elección. Desarrolla criterios para determinar si se llegó o no a la meta deseada. Luego de aceptadas, apoya el proceso de aprendizaje.
En la función de apoyo mantiene una posición permisiva y atenta.
Responde siempre a los aspectos positivos de la conducta del estudiante y construye a partir de ellos.
Interviene sólo si se lo solicitan o si es muy necesario. En ambos casos con acciones más que con palabras.
Acepta el error como un elemento natural e inherente al proceso de investigación.
No se muestra ansioso por llegar a resultados. El aprendizaje es un proceso, a veces lento.
Su actitud y actividad muestra a un adulto interesado en lo que sucede. Curioso frente a los resultados, su actitud muestra que sabe que también él está aprendiendo.
Selecciona actividades que le interesan, demuestra saber que enseñamos lo que sentimos, hacemos o somos rara vez lo que decimos.
Recurre tanto como puede a preguntar. Cada vez que lo hace espera la respuesta. Evita el uso de preguntas vacías, aquellas que no requieren o no aceptan respuestas).
Si pregunta, da tiempo, propone medios, reformula, acepta y construye sobre las respuestas o las respuestas parciales.
Al formular una pregunta no señala a un alumno en particular. (Con esto sólo se logra aumentar la ansiedad del alumno señalado, disminuye su actividad mental, por lo menos la actividad coherente) y crea una actitud de espera en el grupo muy distinta de la actitud de búsqueda que se pretende).
Si participa en un trabajo grupal, adopta el tono y la actitud de quien construye con el grupo, no imponga su criterio, sugiere y deja actuar.
Si sus argumentos no son aceptados, actúa como reconociendo que no son convincentes para el grupo. No recurre a su autoridad, deja actuar, escucha. Si procede, busca otro ángulo o las fallas de su argumentación.
Usa un lenguaje matemático tan preciso como su auditorio puede aceptar y no exige lo mismo de los estudiantes. Prefiere que ellos usen sus propias palabras.
Apoya a los estudiantes individuales a relacionar el conocimiento nuevo con el ya adquirido.
Estimula la expresión personal de lo aprendido.